Polvo y polen: los enemigos de la óptica (cómo combatirlos)

El fin de semana pasado planeamos una escapada al Zoo de Castellar. Este Zoo, no es como los que puedes encontrar en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, sino que es un hogar de acogida para animales que son salvados por la policía o el grupo SEPRONA de la Guardia Civil. Más adelante en otro post ya me extenderé un poco sobre este Zoo tan especial (el cual os aseguro que merece la pena al 100%).

Este pequeño viaje era la ocasión perfecta para realizar fotografías a animales, cosa que nunca antes había hecho con una cámara réflex y también constituía el primer entorno «natural» fuera de la ciudad en el cual iba a usar la Canon EOS 600D.

El caso es que aparte de la experiencia con las fotos, me gustaría comentar los cuidados que requieren estas cámaras.

Ya en casa me puse a inspeccionar el estado de mi equipo y tras un rápido reconocimiento sobre el mismo pude comprobar como que en el objetivo había pequeños cúmulos de polvo (o lo que yo creía que era polvo), pero no en la lente, sino en el cuerpo, en la zona que se retrae o se estira cuando vas cambiando la distancia focal.

Como podéis leer he dicho «lo que yo creía que era polvo», porque por regla general, el polvo se elimina incluso pasando la mano sobre la superficie sucia. Si amigos, esto no era polvo, era polen, descubierto en parte por mi estado febril producido por la alergia.

Así se ve el polen al microscopio.

El polen tiene la particularidad de que, cuando va suspendido en el aire por la brisa o el viento, si choca contra una superficie mínimamente húmeda como puede ser el objetivo de la cámara cuando la hemos estado usando (hay que tener en cuenta que nuestras manos transmiten calor y sudor), el polen se pega a la misma.

En un principio el polén pegado en lo que sería un cuerpo plástico se elimina fácilmente, incluso con la mano o con una toallita de microfibras suave, pero el caso es que el polen también se puede pegar al cristal del objetivo.

Detalle de la lente de un objetivo de una réflex digital.

El cristal del objetivo de una cámara de fotos digital, suele estar hecho de un material muy resistente, aunque obviamente no es irrompible, si que es difícil de rayar. Aún así hay que tomar una serie de precauciones a la hora de limpiarlo.

En la página de dzoom existe un excelente manual de como realizar esta limpieza y los materiales a utilizar. Yo voy a comentaros mi experiencia y los materiales, marcas y lugares donde realicé la compras de los mismos, comentando mis propias experiencias sin que este artículo sea, para nada, una copia de la guía de dzoom (primordialmente porque me acabo de enterar ahora mismo de que existe dicha guía y este artículo lo he tenido en standby desde el lunes).

Yo en mi caso no tuve la necesidad de desmontar el objetivo, ya que desde hace tiempo que no lo desmonto, con lo que la probabilidad de que haya motas de polvo o polen entre el objetivo y la cámara es prácticamente nula y por ello me dedico a limpiarlo montado en el cuerpo de la cámara.

Los utensílios que necesité para realizar la limpieza fueron los siguientes:

La perilla de aire es básicamente eso, una perilla de goma con una entrada aire por un lado y una salida en forma de tubo de plástico, con lo que al apretar la perilla se consigue sacar aire que podemos orientar hacia una zona en concreto con una fuerza considerable.
El pack «3 en 1» de lápices Hama consiste en dos «bolígrafos» y una gamuza de microfibras especializados para limpiar superficies sin que se rayen.
Cada uno de los bolígrafos dispone de un pequeño plumero retráctil en una punta y en la otra un pequeño círculo con un material especial (como una goma de microfibras) de 8 y 13 mm cada uno y que vienen protegidos con un capuchón (de ahí el nombre de bolígrafo).

Cuando yo los compré me salió todo a los precios indicados arriba y creo que están muy bien, eso sí, si los encontráis a mejor precio en alguna tienda de fotografía, id a por ellos, porque son de mucha utilidad.

Para limpiar el objetivo de la cámara seguí los siguientes pasos:

  1. Usé la perilla de goma para limpiar el polvo y polen superficial por la superficie del objetivo.
  2. Puse el objetivo a contra luz y descubrí unas motas de polvo amarillo pegadas al cristal exterior del mismo. Volví a usar la perilla de aire, pero 2 motitas se resistían a ser limpiadas.
  3. Usé uno de los bolígrafos de hama por la parte del plumero y conseguí retirar 1 de ellos con un suave movimiento.
  4. Usé el paño en seco y con cuidado y conseguí remover la mota, pero quedó marcada en la lente del objetivo.
  5. Finalmente usé el bolígrafo por la parte trasera y conseguí limpiar completamente la marca dejada por la mota de polen.
  6. Como seguían quedando pequeños restos pasé el paño de microfibras.

¿El resultado? Excelente, la lente quedó limpísima y sin restos de ningún tipo de suciedad.

Recomiendo la adquisición de ambos productos para la limpieza regular de vuestros equipos fotográficos.

Así mismo cabe destacar que hama dispone de una gama de líquidos que se pueden usar con paños de microfibras y que, según tengo entendido,  los fotógrafos profesionales suelen usar alcohol isopropílico.Este tipo de alcohol os puede resultar bastante difícil de localizar. Yo, aunque no lo he usado para este fin, lo estuve buscando en muchas tiendas de mi ciudad sin resultado y sobre todo debido al hecho de que muchas droguerías han dejado de existir dejando paso a las tiendas de los Chinos o «todo a un euro». Yo lo localicé en una cadena de tiendas de mi ciudad de una marca propia que se llama «Vivó».

La peculiaridad de este tipo de alcohol es que no deja residuo ni humedad cuando se evapora, por lo que es excelente para limpiar cualquier tipo de producto.

Y esto ha sido todo amigos, espero que estos consejos y productos os hayan servido de ayuda.

Recordad que podéis comentar vuestras experiencias dejando un comentario en el artículo.

¡Un saludo!

NOTA: las fotos usadas en este artículo corresponden a sus autores. Si alguno de ellos quiere realizar una reclamación de contenido puede hacerlo libremente.